CONRADO GALAN PROFESOR DE LA ANEFF (ACADEMIA NACIONAL DE ENTRENADORES DE FUTBOL Y FORMACION) DE ESPAÑA NOS ENVIA SUS ARTICULOS,  LAS GOLEADAS EN EL FUTBOL BASE O FORMATIVO, Y LOS PADRES ENTRENADORES.

CONRADO GALAN PROFESOR DE LA ANEFF (ACADEMIA NACIONAL DE ENTRENADORES DE FUTBOL Y FORMACION) DE ESPAÑA NOS ENVIA SUS ARTICULOS, LAS GOLEADAS EN EL FUTBOL BASE O FORMATIVO, Y LOS PADRES ENTRENADORES.

Las goleadas en el futbol base o formativo

No se puede consentir que se llegue a la humillación, querer acabar completamente con el rival como si fuese una guerra ya no es deportivo.

El mundo del fútbol se resiste a un tipo de reglas, muy extendidas en otras disciplinas, que tratan de evitar estos resultados escandalosos. Unas palizas que en muchas ocasiones llegan al terreno del ensañamiento, de la humillación y no deben tener cabida en unas categorías donde los entrenadores/formadores tenemos el deber de trasmitir a los niños valores sociales que nada tienen que ver con lo anterior descrito.

La falta de empatía en algunas ocasiones de entrenadores y padres, que no son capaces de ser conscientes, entender o sentir lo que está experimentando los niños del equipo goleado, nos aleja cada vez más de los objetivos del deporte y sus valores.

Valga el propio ejemplo de la pasada temporada, cuando en el descanso, los alevines (niños de 9 y 10 años) del Racing de Santander ganaban por 0-15 y los niños del otro equipo, el Calasanz, estaban destrozados; algunos, llorando, se negaban a volver a salir al campo, ante ese panorama, el entrenador del equipo «débil» pidió al del «fuerte» que les dijera a sus pupilos que aflojaran.

Este se negó, argumentando que, para él, el respeto al rival era dar siempre el 100% y que estaba entrenando a niños que podían llegar a ser profesionales.

El partido acabó 1 a 34 y al poco tiempo el Racing, ante la lluvia de críticas recibidas, se vio obligado a pedir disculpas.

Una de las enseñanzas más importantes del deporte es la de saber perder, la tolerancia a la frustración, pero hay que evitar que los niños se vayan hundidos, que odien el deporte. La excesiva competitividad y el menosprecio al rival va en aumento en el fútbol base.

La tasa de abandono de la práctica deportiva crece a ritmos alarmantes entre los niños y niñas de 9 a 13 años y uno de los principales motivos viene dado por estas humillaciones, por ello es preciso su regulación.

 

Autor: Conrado Galán

Técnico Deportivo Superior en Fútbol

Director de la Academia Nacional de Entrenadores de Fútbol

Actual entrenador del juvenil A del Madrid C.F. Femenino


“EL PADRE ENTRENADOR “,padres obsesionados con que su hijo llegue a jugador profesional,cualquier medio es bueno para evidenciar que su hijo está un escalón por encima del resto, resulta bastante fácil identificarle, sus características principales son:

No falta a ningún partido
Se traga todos los entrenamientos
Toma notas técnicas y estadísticas, incluso las pasa a Excel por si tiene que echárselas en cara al míster.
Graba en vídeo los partidos y los sube a YouTube o Facebook.
Da órdenes sin parar, a su hijo primero y si se lo consientes, con el tiempo al resto.
Vive el partido con tal intensidad que no pierde detalle, ¡LLEGA A CORRER LA BANDA!

Desde luego que tiene motivos para este comportamiento, está convencido que su hijo es un diamante en bruto, una futura estrella del deporte, el futuro Messi o Ronaldo.

No está dispuesto a que se malogre, no permite ningún fallo en la educación deportiva de su hijo, ningún entrenador estará a la altura de sus expectativas.Su hijo lo hace todo perfecto y ningún otro niño es mejor que el suyo, el día que a su hijo no le salen bien las cosas, siempre es por culpa del entrenador (no le ha puesto en su sitio), o de los compañeros (no le pasan el balón).

El azote de los arbitros,discute cualquier decisión y no duda en lanzar insultos de cualquier tipo hacia él.

En cuanto al club…ya se sabe, es un desastre de organización, solo quieren mi dinero, hacer negocio.… siempre hay algo de que quejarse.

Su hijo por su edad, su madurez, su desconocimiento, sufre las consecuencias de este celo, cariño y protección paternal mal entendidas.

El abandono de la práctica deportiva es lo más común en estos casos, es muy difícil que un niño con un “PADRE ENTRENADOR “progrese adecuadamente, lo más probable es que, poco a poco, se convierta en un niño inmaduro, consentido y no querido por el resto del equipo.

«La pasión y el amor a nuestro hijo mal entendido, a veces, nos ciega y no nos damos cuenta del daño que hacemos a nuestro hijo y al equipo»

Menos mal que están los verdaderos PADRES, ante los que hay que quitarse el sombrero:

-Aquellos que pasan desapercibidos con una actitud discreta, que no crean una presión innecesaria sobre el niño, que motivan y dan seguridad, siempre tienen palabras de ánimo más allá del marcador del partido.

-Que reconocen tu labor y dedicación, que te agradecen al final de cada temporada todo lo que han aprendido sus hijos durante el año.

-Que saben que no cobras, y que si tienes la suerte de hacerlo apenas llega para el gasoil, que solo te mueve la pasión y la vocación de servicio a los mas jóvenes.

A TODOS ESOS PADRES,GRACIAS.

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